Si hay un condimento que condensa la esencia del sudeste asiático en una sola gota, ese es la salsa de pescado. Su aroma penetrante puede intimidar a quienes la descubren por primera vez, pero para millones de personas en países como Tailandia, Vietnam o Filipinas, es un ingrediente tan imprescindible como el aceite de oliva en la cocina mediterránea. ¿Qué es exactamente esta salsa? ¿Cómo se usa y en qué recetas encaja mejor? Te lo contamos todo en este artículo.
¿Qué es la salsa de pescado?
La salsa de pescado —conocida también como nam pla en tailandés o nước mắm en vietnamita— es un condimento líquido elaborado a partir de pescado fermentado con sal. La variedad más común se obtiene fermentando anchoas en sal durante meses o incluso años, hasta que el proceso libera un líquido ambarino, salado y lleno de umami, que se filtra y embotella. No lleva conservantes, ni azúcares, ni aditivos: solo pescado y sal. Y precisamente por eso su sabor es tan concentrado.
Aunque en Europa ha ganado popularidad en los últimos años, su uso se remonta a siglos atrás. Existen registros históricos de salsas similares en el Imperio romano (el famoso garum) y también en diversas regiones costeras de Asia. Hoy en día, cada país tiene su propia versión, con matices y métodos de elaboración únicos.
¿A qué sabe la salsa de pescado?
Resulta difícil explicar su sabor con palabras, porque no se parece exactamente a nada que tengamos en la cocina occidental. No sabe a pescado como tal, ni recuerda a una anchoa en conserva. Más bien, es una explosión de umami: esa quinta categoría del sabor que va más allá de lo salado y lo dulce. Es intensa, sabrosa, salada y compleja. Una pequeña cantidad basta para transformar un plato sencillo en algo mucho más profundo y aromático.
Es cierto que, olida directamente de la botella, puede resultar un poco agresiva. Pero al cocinarla o mezclarla con otros ingredientes, se suaviza y se integra a la perfección.
¿Cómo se utiliza la salsa de pescado?
La clave para usar bien la salsa de pescado es entender que no es una salsa final, sino un condimento. No está pensada para tomarse sola o en grandes cantidades, sino para incorporarse en pequeñas dosis a sopas, salteados, adobos, aliños o marinados. Aporta salinidad, umami y una cierta complejidad que otros ingredientes, como la salsa de soja, no logran reproducir del todo.
Estas son algunas de las formas más comunes de utilizarla:
1. En salteados y woks
En la cocina tailandesa, por ejemplo, se utiliza como parte del "tridente" básico de sabores, junto con el azúcar de palma y el zumo de lima. En un pad thai o un pad kra pao, unas gotas de salsa de pescado dan profundidad y equilibrio al conjunto.
2. En sopas
Un chorrito de nước mắm en un pho vietnamita o en una sopa de fideos tailandesa puede marcar la diferencia. No sustituye a la sal, sino que la enriquece con matices umami.
3. En aliños y salsas
Una de las aplicaciones más conocidas es el nước chấm vietnamita: una salsa que combina salsa de pescado con zumo de lima, azúcar, agua y ajo o chile picado. Es el acompañamiento perfecto para rollitos frescos, empanadillas o ensaladas.
4. En marinados
Muchas carnes y pescados en la cocina asiática se marinan con salsa de pescado antes de cocinarse. Le da un toque sabroso sin necesidad de añadir sal adicional.
5. En platos fríos y ensaladas
Especialmente en platos como la ensalada de papaya verde (som tam), en los que se mezcla con chile, ajo, lima y azúcar para obtener un equilibrio perfecto entre dulce, salado, ácido y picante.
¿Con qué no se debe mezclar?
Hay que tener cierta precaución a la hora de combinarla. Por ejemplo, si un plato ya lleva salsa de soja o miso, conviene no abusar de la salsa de pescado, ya que el conjunto puede quedar excesivamente salado. Tampoco se recomienda añadirla en crudo a platos muy delicados, a menos que se integre bien con otros ingredientes.
En todo caso, lo mejor es ir probando. Añadir unas gotas, remover, probar, y ajustar según el gusto personal.
¿Todas las salsas de pescado son iguales?
No. Como ocurre con el aceite de oliva o el vino, hay salsas de pescado de distintas calidades. Algunas marcas más industriales contienen aditivos o usan procesos más rápidos de fermentación. Otras, como las vietnamitas de primera presión, son más claras, aromáticas y complejas. En general, una buena salsa de pescado no debería llevar más que pescado y sal en la etiqueta.
Si estás empezando, puedes buscar marcas como Squid, que tienen buena reputación tanto entre cocineros aficionados como profesionales.
Un ingrediente humilde pero poderoso
Puede que nunca hayas cocinado con salsa de pescado o que la tengas olvidada en el fondo de un armario. Pero una vez que la descubres y la aprendes a usar, se convierte en una aliada inseparable. No solo en recetas asiáticas: también puedes experimentar con unas gotas en un guiso, una vinagreta o incluso una boloñesa. No es tradicional, pero funciona.
La salsa de pescado no es solo un condimento: es cultura, tradición y sabor concentrado. Un ingrediente humilde que transforma platos y nos conecta con siglos de cocina casera en el otro lado del mundo.
¿Dónde comprar salsa de pescado en España?
Aunque es un ingrediente relativamente poco conocido en nuestro país, se puede encontrar en diferentes tiendas especializadas en productos de alimentación asiática, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. También puedes encontrarlo en tiendas online especializadas en productos asiáticos como Bean Eats.
Salsa de pescado: qué es, cómo se usa y por qué deberías tenerla en tu cocina
Si hay un condimento que condensa la esencia del sudeste asiático en una sola gota, ese es la salsa de pescado. Su aroma penetrante puede intimidar a quienes la descubren por primera vez, pero para millones de personas en países como Tailandia, Vietnam o Filipinas, es un ingrediente tan imprescindible como el aceite de oliva en la cocina mediterránea. ¿Qué es exactamente esta salsa? ¿Cómo se usa y en qué recetas encaja mejor? Te lo contamos todo en este artículo.
¿Qué es la salsa de pescado?
La salsa de pescado —conocida también como nam pla en tailandés o nước mắm en vietnamita— es un condimento líquido elaborado a partir de pescado fermentado con sal. La variedad más común se obtiene fermentando anchoas en sal durante meses o incluso años, hasta que el proceso libera un líquido ambarino, salado y lleno de umami, que se filtra y embotella. No lleva conservantes, ni azúcares, ni aditivos: solo pescado y sal. Y precisamente por eso su sabor es tan concentrado.
Aunque en Europa ha ganado popularidad en los últimos años, su uso se remonta a siglos atrás. Existen registros históricos de salsas similares en el Imperio romano (el famoso garum) y también en diversas regiones costeras de Asia. Hoy en día, cada país tiene su propia versión, con matices y métodos de elaboración únicos.
¿A qué sabe la salsa de pescado?
Resulta difícil explicar su sabor con palabras, porque no se parece exactamente a nada que tengamos en la cocina occidental. No sabe a pescado como tal, ni recuerda a una anchoa en conserva. Más bien, es una explosión de umami: esa quinta categoría del sabor que va más allá de lo salado y lo dulce. Es intensa, sabrosa, salada y compleja. Una pequeña cantidad basta para transformar un plato sencillo en algo mucho más profundo y aromático.
Es cierto que, olida directamente de la botella, puede resultar un poco agresiva. Pero al cocinarla o mezclarla con otros ingredientes, se suaviza y se integra a la perfección.
¿Cómo se utiliza la salsa de pescado?
La clave para usar bien la salsa de pescado es entender que no es una salsa final, sino un condimento. No está pensada para tomarse sola o en grandes cantidades, sino para incorporarse en pequeñas dosis a sopas, salteados, adobos, aliños o marinados. Aporta salinidad, umami y una cierta complejidad que otros ingredientes, como la salsa de soja, no logran reproducir del todo.
Estas son algunas de las formas más comunes de utilizarla:
1. En salteados y woks
En la cocina tailandesa, por ejemplo, se utiliza como parte del "tridente" básico de sabores, junto con el azúcar de palma y el zumo de lima. En un pad thai o un pad kra pao, unas gotas de salsa de pescado dan profundidad y equilibrio al conjunto.
2. En sopas
Un chorrito de nước mắm en un pho vietnamita o en una sopa de fideos tailandesa puede marcar la diferencia. No sustituye a la sal, sino que la enriquece con matices umami.
3. En aliños y salsas
Una de las aplicaciones más conocidas es el nước chấm vietnamita: una salsa que combina salsa de pescado con zumo de lima, azúcar, agua y ajo o chile picado. Es el acompañamiento perfecto para rollitos frescos, empanadillas o ensaladas.
4. En marinados
Muchas carnes y pescados en la cocina asiática se marinan con salsa de pescado antes de cocinarse. Le da un toque sabroso sin necesidad de añadir sal adicional.
5. En platos fríos y ensaladas
Especialmente en platos como la ensalada de papaya verde (som tam), en los que se mezcla con chile, ajo, lima y azúcar para obtener un equilibrio perfecto entre dulce, salado, ácido y picante.
¿Con qué no se debe mezclar?
Hay que tener cierta precaución a la hora de combinarla. Por ejemplo, si un plato ya lleva salsa de soja o miso, conviene no abusar de la salsa de pescado, ya que el conjunto puede quedar excesivamente salado. Tampoco se recomienda añadirla en crudo a platos muy delicados, a menos que se integre bien con otros ingredientes.
En todo caso, lo mejor es ir probando. Añadir unas gotas, remover, probar, y ajustar según el gusto personal.
¿Todas las salsas de pescado son iguales?
No. Como ocurre con el aceite de oliva o el vino, hay salsas de pescado de distintas calidades. Algunas marcas más industriales contienen aditivos o usan procesos más rápidos de fermentación. Otras, como las vietnamitas de primera presión, son más claras, aromáticas y complejas. En general, una buena salsa de pescado no debería llevar más que pescado y sal en la etiqueta.
Si estás empezando, puedes buscar marcas como Squid, que tienen buena reputación tanto entre cocineros aficionados como profesionales.
Un ingrediente humilde pero poderoso
Puede que nunca hayas cocinado con salsa de pescado o que la tengas olvidada en el fondo de un armario. Pero una vez que la descubres y la aprendes a usar, se convierte en una aliada inseparable. No solo en recetas asiáticas: también puedes experimentar con unas gotas en un guiso, una vinagreta o incluso una boloñesa. No es tradicional, pero funciona.
La salsa de pescado no es solo un condimento: es cultura, tradición y sabor concentrado. Un ingrediente humilde que transforma platos y nos conecta con siglos de cocina casera en el otro lado del mundo.
¿Dónde comprar salsa de pescado en España?
Aunque es un ingrediente relativamente poco conocido en nuestro país, se puede encontrar en diferentes tiendas especializadas en productos de alimentación asiática, especialmente en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia. También puedes encontrarlo en tiendas online especializadas en productos asiáticos como Bean Eats.